domingo, abril 11, 2010

Amor contemporáneo

Una vez más tejiendo entre telarañas de ilusiones y sueños marchitos o por marchitar, pensando en el príncipe azul que jamás llegó, jamás llegará o jamás existió. Dejando pasar al simple príncipe perfecto que, por por falta de ropa celeste o por el poder de expectativas demasiado altas y cero asequibles, estuvo siempre alrededor y poco a poco la indiferencia logró lo que ni un millón de dragones y brujas habían alcanzado, lo derribó, lo quemaron en las llamas de la impaciencia y decepción, lo mataron por amor.

Construyendo sueños que al final del día se quedarán en sólo eso, sueños. Que a pesar de los mil y un rituales, las mil y un plegarias, los mil y un “algún día” seguirás despertando en la realidad, observando la obscuridad y soledad del costado de tu cama, de tu apartamento, de tu vida, y que por más triste que parezca, todo lo que habrás ganado es un montón de -nuevas- ilusiones rotas, tiempo perdido y si te sobran ganas, moverás cielo, mar y tierra para volver a soñar.

Y después... ¿Qué?... ¿Esperar, flagelarse, meditar, esperar, y volverse a flagelar? ¡No! A la mierda con el catorce de febrero, con el cumplimiento de segundos, minutos, horas, días, meses, años, e incluso décadas. A la mierda con el nefasto trabajo que ha hecho Cupido ¿acaso le pagan más por romper corazones, una comisión extra? ¡Que carajo! su diversión es el penar.

¿Medias naranjas, mandarinas, toronjas o limones? ¡Para nada! Si viene una fruta amorosa la quiero completa, nada de andar buscando la mitad que le falta, para eso mejor me quedo completa o -incompleta- según convenga, y en caso de que sea limón que lo acompañe una botella de tequila, Lila Downs en las bocinas y la luna en la ventanilla.

Que se quemen en miel las tarjetas de amor en los supermercados, los corazones de chocolate envinado, los ositos de peluche, las canciones melosas. Las rosas, que terminarán secándose y apestando, que se espinen solas yo no me quiero hacer responsable de más heridas. Los suspiros que se consuman, las lágrimas que cesen, se sequen o ni se presenten. Las estrellas, el Sol y la Luna que nos bajaron que vuelvan a las alturas con tantito, o -muchote-, Helio y que ahí se queden.

A la mierda las promesas, los hubiera, los quizá, los te quiero y los te amo. A la mierda los besos, las caricias y los abrazos. A la mierda el sexo por amor, sin amor, por placer, con amor por placer, sin amor con placer, con o sin amor sin placer. A la mierda los one night stand, los fetichismos, las filias y el erotismo.

Y ahora ¿qué es lo que nos queda?...



-X-

3 gotas de tinta:

Cocodrilo Cocoa de Atl dijo...

me acordé que ya lo había leído pero no comentado, te quiero mana (:

Anónimo dijo...

Genial.

y me alegra saber que lo ha escrito una mujer

:Ximmo: dijo...

Gracias anónimo ^^

 
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